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"LA MITAD DE LA HUMANIDAD" |
Se está produciendo en el mundo una revolución silenciosa de la mitad de la población, si bien más acelerada en los países ricos. Las mujeres han pasado del exclusivo ámbito con escasa preparación intelectual a las universidades, al mundo de la política, finanzas, medios de comunicación, mercado laboral. La mujer ha comenzado un viaje sin retorno posible. A pesar de este cambio sustancial, su presencia en las esferas dirigentes, de poder, es tremendamente insignificante, por lo que es difícil romper las estructuras de transmisión valores patriarcales y alcanzar una sociedad justa y paritaria, donde los intereses, valores, inquietudes, etc., de unas y otros estén igualmente representados. Actualmente se habla de la feminización de la pobreza, las mujeres copan el mayor número de horas del trabajo mundial (67%), pero ganan infinitamente menos (10% de la remuneración mundial) y apenas poseen el 1% de la propiedad (datos de la ONG Women in Developement Europe). Las mujeres siguen consideradas objetos de propiedad de los varones, fruto de la transmisión de la estructura patriarcal, de ahí que en la mayoría de las sociedades sean cotidianos los malos tratos, las mutilaciones genitales… la indignidad del sometimiento. La igualdad de hecho queda muy lejos de la realidad, aunque se va avanzando en la igualdad de derechos, queda un largo recorrido por hacer. Pululan teorías conservadoras (mantenidas también por gente aparentemente "progresista", sobre todo en privado) que mantienen que las mujeres si valen llegan, que es una vergüenza que se llegue sólo por cuotas. Si, la verdad es que es una vergüenza que existan obstáculos, sobre todo invisibles (que son los más peligrosos y difíciles de combatir) que se tenga que recurrir a cuotas para que estemos representadas. Posiblemente la reivindicación de hoy, que tanto escandaliza a algunos y algunas, será absurdo mañana porque ya se habrá conquistado esa meta (de la misma manera que hoy no se reivindica el voto femenino en Europa, es un objetivo conseguido), pero mientras tanto se debe reivindicar la paridad en los órganos de decisión porque eso de "la que vale, llega", es obvio que es una perogrullada, puesto que hay mujeres valiosísimas que siguen en la sombra o no les interesa esta determinada y jerarquizada estructura de poder donde lo privado no tiene valor, y tienen otras prioridades que les exigen menor competencia y renuncia personal. Al igual que hay varones ostentando puestos de responsabilidad que son verdaderos ineptos, los cuales son tímidamente criticados, pero ¡ay, si de mujeres se tratase! ¿seríamos tan benevolentes?. Las cuotas hoy por hoy, tal y como está estructurada la sociedad, son necesarias para acelerar el proceso de cambio que demandamos y no tener que esperar 470 años según la OIT (Organización Internacional del Trabajo) par conseguir la igualdad real. Los partidos políticos, los sindicatos, los gobiernos, deberían plantearse seriamente el tema y no hacer grandilocuentes declaraciones y, después, en la realidad, cuatro pinceladas para cubrir el expediente de modernidad sin mayor compromiso o convicción. Es necesario comprometerse con el futuro y repartir el poder, la gloria, las tareas caseras y el cuidado de hijas e hijos, pues no somos conscientes de las muchas cosas que dejamos en el camino. Nuestro reconocimiento social, nuestra parte de gloria, de sabiduría, de maestría, todavía está por disfrutar como colectivo. Hasta ahora nos ha tocado el silencio, la invisibilidad, el miedo, el sometimiento… ya va siendo hora de que con cuotas hoy y sin ellas mañana, podamos decidir qué tipo de sociedad queremos construir sin exclusiones ni olvidos, donde nadie falte y donde nadie sobre, derribando el viejo edificio, que aunque minado, todavía tambaleante cual viejo coloso, se mantiene en pie.
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