Aunque sólo fuese por
la solidaridad que ha suscitado en contra, valdría la pena la LOU.
Por las calles del rompeolas de todas las Españas han ondeado las
banderas de todas las autonomías. Y la esperanza de todas, es decir,
la juventud, se ha codeado y abrazado y cantado y unido en una
petición a la que tiene todo el derecho: un procedimiento mucho más
dialogante y menos impositivo para instalar las leyes que la
afectan. Hacía tiempo que los jóvenes vegetaban. Ahí están ahora,
mezclados con sus catedráticos y sus rectores, no sumisos a ellos.
cantaron juntos por las calles de Madrid, y se reunieron en la Plaza
de España. Ese es su triunfo.
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