Un sistema educativo en el que fracasan
entre el 30 y el 40% de los alumnos y alumnas de la Enseñanza Básica
Obligatoria (ESO) es un sistema con graves deficiencias, es decir, muy
problemático para la sociedad. Sobre este y otros temas de interés
público debatieron más de 300 maestros, profesores, padres y madres de
la Comunidad de Madrid el día 19 de febrero en el IES San Isidro de la
capital de España durante la presentación del encuentro "Las
competencias básicas como aprendizajes comunes e imprescindibles de la
ciudadanía: desarrollo y evaluación", organizado por Proyecto Atlántida,
CEAPA, Wolters Kluwer Educación y el periódico ESCUELA.
"Cualquier reforma se mueve
entre la política educativa y la práctica escolar" |
Cualquier reforma se mueve entre la
política educativa y la práctica escolar. La confluencia de una y otra
ha propiciado hasta el día de hoy un sistema educativo que poco o nada
tiene que ver con las necesidades de nuestros niños y jóvenes y con las
de la sociedad del siglo XXI. Es decir, el problema no es tanto el
alumnado como el sistema educativo que los acoge. No podemos hablar de
éxito escolar como un objetivo a futuro si no somos capaces de pensar en
un modelo educativo radicalmente distinto al que tenemos en la
actualidad. Como titula José Gimeno uno de sus libros más brillantes,
tendríamos que reflexionar con urgencia sobre "la educación que aún es
posible".
Los tiempos han cambiado. Todos los días
son momentos de cambios. Esta situación es la que define el actual
escenario en el que se mueve el sistema educativo y la institución
escolar.
Las preguntas a responder son otras y
están muy relacionadas con las competencias que deben tener nuestros
alumnos y profesores para hacer frente a las necesidades culturales,
sociales y laborales del nuevo siglo. No son preguntas nuevas, sí
recurrentes, y demuestran la dificultad para desarrollar cualquier
reforma en nuestras escuelas e institutos.
Currículo y competencias son dos conceptos
enfrentados en la Ley Orgánica de Educación (LOE). No hay integración
posible si éstas no se convierten en eje vertebrador del aquél -y no
hablamos de aprender listas de habilidades y conceptos-. La necesidad de
un nuevo modelo educativo ubicado en la comunidad y sostenido en el
diálogo permanente entre sus distintos miembros es la solución al
problema. Esto supone un nuevo escenario para las relaciones padres,
madres y docentes. También lo es responder adecuadamente a dos preguntas
muy importantes: ¿Qué nueva organización escolar y didáctica? ¿Qué
currículo y qué cultura deseamos para nuestros niños y jóvenes?. |