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25 de Noviembre. Día Internacional contra la violencia hacia las mujeres. |
¡ Estamos Hartas ¡ |
De las múltiples formas de violencia que padecemos las mujeres en este sistema androcéntrico y sexista –anuncios, contratos precarios, falta de paridad, tráfico de mujeres, empobrecimiento, prostitución, etc.- hay una, tan extrema, que vamos percibiendo como una forma específica de violencia contra las mujeres: el asesinato. Al menos hemos avanzado en eso. La violencia física contra las mujeres -el maltrato y el asesinato-, se va percibiendo por la sociedad como algo inadmisible e injustificable. Pero poco más. Estamos hartas. No de la “violencia de género”, que se diluye en conceptos abstractos que parecen no tener nada que ver con nuestras vidas. Estamos hartas de que miles de mujeres sean maltratadas cada año por sus compañeros. Estamos hartas de que a las mujeres las maten los hombres. Porque es así. Sólo mirando de frente el problema, podremos intentar solucionarlo. Las mujeres son asesinadas por sus compañeros, maridos, hijos, vecinos, etc. Estamos hartas de salir a la calle, de pedir una ley integral, de plantear la necesidad de un modelo coeducativo como forma de prevención de la violencia, sin que se nos oiga. Estamos hartas de que los políticos salgan al paso de los asesinatos de mujeres, con meras declaraciones que sólo persiguen la rentabilidad política. La vida es un valor. Nuestra vida, también. Las 84 mujeres asesinadas en lo que va de año tenían una vida, ilusiones, expectativas, que han sido destruidas sin sentido por la violencia machista. En su prevención y erradicación estamos implicados todos y todas. Los agentes sociales y la clase política más. Las y los docentes podemos desempeñar un papel importante en la prevención de la violencia. La socialización diferente de chicas y chicos, mediante el currículum oculto, a través de la valorización de lo masculino, y la percepción como normal, o “cosas de chicos”, de las conductas irrespetuosas, vejatorias y discriminadoras hacia las chicas, perpetúa la relación jerárquica entre chicos y chicas y el esquema dominio-sumisión. Este aprendizaje, unido al pobre desarrollo emocional de los chicos –la expresión de sus sentimientos se les sigue sancionando como poco masculinas-, les conduce a vivir a los diferentes como inferiores o como una amenaza, de ahí sus comportamientos agresivos con las chicas, con los chicos poco masculinos, o con cualquiera que sea diferente. La coeducación es una herramienta global y valiosa para dar respuesta a este problema. Porque parte de que el sistema escolar no es neutro, sino que reproduce el sexismo y androcentrismo de nuestra sociedad, y por ello lo cuestiona; visibiliza y valora la contribución de las mujeres a la historia y a la cultura; revisa el lenguaje, que pretendidamente nombra al colectivo humano con términos masculinos; y promueve el desarrollo integral de las personas, sin estereotipos ni roles que nos empobrecen y limitan. Laura Villafuerte Rodríguez Organización de Mujeres de los STEs. |