STEs Castilla y León►Mujer |
Creamos valores, exigimos derechos |
Durante siglos las mujeres hemos sido invisibilizadas, negándosenos la participación en la vida social y política recluyéndonos en el ámbito de lo privado. Esto no ha tenido sólo consecuencias individuales para cada una de nosotras, sino que ha repercutido en toda la construcción de nuestra sociedad actual. La cultura femenina, la historia y las vivencias de tantas mujeres apegadas a la vida y a lo cotidiano ha sido silenciada y menospreciada, empujándonos hacia la homogeneización de toda la humanidad con ese arquetipo viril de varón, blanco, occidental y de clase media. En nuestra educación como mujeres hay algunos aspectos tremendamente positivos que se están perdiendo en la educación de las nuevas generaciones, la negación de lo femenino está en marcha, la sociedad sólo nos va admitiendo a medida que nos asimilamos al modelo masculino dominante, que no está siendo cuestionado. La tradición que practicamos las mujeres, nos proporciona la sensibilidad, la empatía, la capacidad de acceder a una resolución no violenta de los conflictos, de regirnos por una ética relacional y del cuidado… No reivindicamos ser las únicas poseedoras de estos rasgos, por el contrario, queremos que toda la sociedad se impregne de estas características y que hombres y mujeres podamos construirnos adoptando los valores positivos de una y otra cultura. Pero es necesario reconocernos, y que nos reconozcan, como valiosas para conseguir aportar todo esto a nuestra sociedad. Dignificar esta cultura y situarnos en pie de igualdad, nos exige seguir reclamando derechos que nos pertenecen. Sólo una mínima parte de las mujeres del planeta disfrutamos de la consecución de derechos formales igualitarios. El 70% de las personas pobres y los 2/3 de las analfabetas son mujeres, que sufren todo tipo de violencia y no sólo en tiempos de guerra, sino a diario y en todos los continentes, víctimas de violaciones, amputaciones genitales, obligadas a ocultar su cuerpo o a desnudarlo y venderlo. Y aquí, en la Europa Occidental, donde hemos recorrido un largo camino desde la consecución del voto, todavía queda mucho por hacer, el número de victimas de la violencia de género no deja lugar a dudas: queda mucho trabajo para que los derechos formales sean reales. Desde la posición de mujeres del "primer" mundo, con carrera universitaria y trabajo asalariado (entre las privilegiadas) podemos y debemos seguir exigiendo derechos: Derecho a caminar por las calles tranquilas Derecho a desarrollar nuestra vida profesional sin sentirnos culpables Derecho a decidir cómo y cuándo queremos vivir la maternidad Derecho a vivir nuestra sexualidad libremente Derecho a no ser dulces, sumisas, serviciales Derecho a cobrar el mismo salario por el mismo trabajo Derecho a no ser víctimas de la violencia de género Derecho a no ser perfectas Derecho a no sufrir acoso sexual Derecho a………………………………… |