STEs Castilla y León►Mujer►8 de marzo de 2004 |
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En el cartel que la Confederación de STEs-i edita con motivo de este día aparece destacado nuestro lema “Disfrutemos las diferencias, la discriminación mata”,con el que queremos denunciar la violencia que genera cualquier tipo de discriminación. Las diferencias entre lo masculino y lo femenino, creadas artificialmente establecen un estatus jerárquico, sustentado sobre valores de superioridad e inferioridad que justifican y perpetúan el sistema de dominio-sumisión. Es alarmante el aumento de un 34%, del número de víctimas de violencia de género con respecto al año anterior: casi todos los días se incrementa el número de mujeres que mueren por el hecho de serlo. Sin embargo las autoridades están poniendo paños calientes, imponiendo penas irrisorias a los asesinos, no propiciando una ley integral que ponga freno a esta barbarie, gastando dinero en spots publicitarios que contienen propaganda electoral, no llevando a cabo auténticas campañas de sensibilización que conduzcan a la erradicación de la violencia de género, considerando que son menudencias cuando se trata del acoso a una menor o no encontrando intimidación en la violación sistemática de una niña de ocho años. Parecería exagerado, si no fuera cierto, que las víctimas de la violencia de género suman muchas más que las de aquellas mujeres encerradas por los dueños del Cotton Textile Factory de Nueva Cork, el ocho de marzo de 1908, para que no pudieran unirse a la huelga convocada para mejorar su situación como trabajadoras y que murieron en el incendio que se declaró en la fábrica: eran 129 mujeres. Hoy esa cifra se nos queda pequeña y nos llena de indignación que todavía no destaque éste entre los principales problemas que tiene España, donde parece en cambio que todo va muy bien. Que la Conferencia Episcopal de una de las religiones que existen en España, la católica, sea capaz de decir que la violencia de género es el fruto amargo de la revolución sexual nos rebela y nos llena de consternación, sobre todo si tenemos en cuenta que a mayor parte de las víctimas estaban casadas por esa religión que no tienen pudor en atribuirles, en esta ocasión, las culpas a las mujeres víctimas. Este año, más que nunca, comprometámonos y luchemos por una sociedad más justa, que nos integre a todos y a todas y que termine con tantas muertes y con toda forma de discriminación. |
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Salamanca |