"De
todos los sueños utópicos el más peligroso ha resultado ser
la enseñanza pública. ¡Qué derroche de profesorado, de tiza,
de aulas, becas e investigación! |
Ya es oficial: no eran nuestros gastos los
que estaban por encima de nuestras
posibilidades sino nuestras ideas. Wert es
el ministro que mejor lo ha entendido y ha
elaborado un explosivo cóctel mezcla de
recortes económicos, prejuicios políticos y
un marcado sectarismo ideológico. A partir
del próximo curso las escuelas no enseñarán
respeto alguno a las opciones sexuales, se
considerará un único modelo de matrimonio o
de familia y se suprimirán las referencias a
la homofobia o al machismo en los manuales
de Educación para la Ciudadanía. Respetar
las diferentes opciones sexuales y fomentar
la igualdad eran un peligroso
adoctrinamiento para las mentes adolescentes
que deberían tener claros los diferentes
roles sociales masculinos y femeninos, o
como diría Gallardón, de mujer-mujer y
hombre-hombre.
Los valores de la paz, el diálogo y de la
convivencia serán sustituidos por un cántico
a la propiedad privada y a la actividad
empresarial, para mayor gloria de los
mercados que dominan nuestras vidas. Se
eliminarán los temas que explican las causas
de la pobreza y se intentaba instruir al
alumnado en los peligros del nacionalismo
excluyente, o sea, de todo tipo de
nacionalismo que no haga ondear la bandera
española, pero el ceño fruncido de sus
únicos socios ha modificado el texto, que no
el contexto de este catecismo.
No fuimos conscientes del dispendio que
suponía tratar a los seres humanos como
tales y brindarles los cuidados sanitarios
sin preguntarles su raza, su procedencia o
su condición social. Estoy segura de que, al
menos, un euro de cada mil se malgastaba en
semejantes utopías propias de los que
pensamos por encima de nuestras
posibilidades. Por eso, tampoco la xenofobia
o el racismo serán combatidos en las aulas.
Nuestras ideas deben ser productivas y
normativas, lejos de todo ideal comunitario;
deben contribuir a aumentar la propiedad y
ahuyentar el altruismo; deben fomentar el
conformismo social y desterrar la conciencia
crítica.
De todos los sueños utópicos el más
peligroso ha resultado ser la enseñanza
pública. ¡Qué derroche de profesorado, de
tiza, de aulas, becas e investigación! Más
horas, más alumnos, menos profes, menos
salarios son una solución perfecta que tiene
el aval indiscutible de 40 años de
franquismo.
El ministro de Educación proclama que la
enseñanza es obligatoria y gratuita solo
hasta los 16 años, aunque con una pequeña
reforma los jóvenes de 15 con dificultades
podrán salir del sistema. Nos anuncia que
paulatinamente habrá que pagar el 100% del
coste de la enseñanza, desde el bachillerato
y los ciclos profesionales hasta la
Universidad. La enseñanza superior —nos
sugiere— es un lujo de una sociedad enferma
que soñó con trasladar la igualdad de
oportunidades a las aulas. Se instalarán en
las universidades barreras que solo se
abrirán con el tintineo del money, money. No
obstante, admitirán algunos genios sin
ingresos a los que recordarán continuamente
la generosidad que se les brinda.
Como ven eran nuestras ideas, que no
nuestros gastos, las que estaban por encima
de sus intereses. Nos repiten que es preciso
erradicar y abominar de todo concepto de
igualdad porque, indefectiblemente, nos
lleva a aumentar el gasto público. El
egoísmo y la segregación, por el contrario,
son doctrinas económicas y restrictivas.
Para esta operación se hace preciso amputar
las conciencias, adormecer los sentimientos,
criminalizar los conflictos y confrontar al
que tiene poco con el que no tiene nada.
Con este mandato enviaron comisarios que han
podido verificar la debilidad de nuestras
instituciones, el conformismo de nuestros
políticos y la fragilidad de nuestra propia
conciencia. Su informe aconsejaba una
intervención rápida seguros de que los
costes serían mínimos.
Por eso, en pocos días, acaban de embargar
nuestros sueños. Han cerrado la puerta de
los servicios públicos a todos los que, sin
ser yo, formaban parte de mi esperanza. Solo
esa marea verde llena de voces jóvenes y
rejóvenes sigue actuando por encima de sus
posibilidades y pidiendo antorchas para
iluminar estos tiempos oscuros.
http://goo.gl/pvYuV
Concha
Caballero |