“Me plantea usted -y me parece muy
interesante el planteamiento- la cuestión de
la educación de 0 a 3 años. Se lo voy a
decir con toda franqueza, señora Fernández
Dávila, yo creo que eso no es educación,
creo que es básicamente conciliación (…) el
proceso educativo propiamente dicho empieza
a los 3 años”.
José Ignacio Wert, Ministro de Educación,
Cultura y Deportes, en la Comisión de
Educación de las Cortes el pasado día 31 de
Enero.
Señor ministro, permítame que haga públicas
algunas reflexiones en torno a lo que usted
denomina "la cuestión de la educación de 0 a
3 años”. Quizás porque su equipo ministerial
haya sido el primer afectado por los
recortes en Educación, carece de asesores
que le hayan informado que existe una Ley
Orgánica de Educación que, a pesar de que
usted crea que de 0 a 3 años no es
educación, dicha ley establece que “la
educación infantil constituye la etapa
educativa con identidad propia que atiende a
niñas y niños desde el nacimiento hasta los
seis años de edad.” (artículo 12)
y en su artículo 14: “La
etapa de educación infantil se ordena en dos
ciclos. El primero comprende hasta los tres
años, y el segundo, desde los tres a los
seis años de edad. El carácter educativo de
uno y otro ciclo será recogido por los
centros educativos en una propuesta
pedagógica”.
Verá, señor ministro, una cosa es que por
falta de recursos, por la necesidad de
recortar servicios públicos o por una
política de prioridades ante la escasez,
usted decida frenar o no financiar o no
conveniar con otras administraciones la
creación de Escuelas Infantiles que
contemplen el primer ciclo de Educación
Infantil. A eso se le llama política
educativa. Y, por supuesto, como toda acción
política, tendrá seguidores y detractores y
generará argumentaciones y debates. Incluso,
si me lo permite, puedo prestarle un
argumento difícilmente rebatible en estos
momentos: si hay recortes en la educación
pública y obligatoria… ¿cómo no va a
haberlos en la educación pública no
obligatoria? (perdone, no es mi estilo
ofrecer argumentos a las políticas
neoliberales… pero lo veo tan perdido en
estos temas…)
Ahora bien, otra cosa es que por falta de
recursos, por la necesidad de recortar
servicios públicos o por una política de
prioridades ante la escasez, usted decida -y
lo dice con toda franqueza- que “el
proceso educativo propiamente dicho empieza
a los 3 años”. Verá, yo soy
profesor en una Facultad de Magisterio, si
un alumno o alumna me dijera o me escribiera
que el proceso educativo “propiamente dicho”
comienza a los tres años pensaría que estoy
frente a un zoquete (puede escoger entre el
significado número 5 que da el diccionario
de la RAE: “persona tarda en comprender” o
el significado número 7 de “zoquete”:
“cargo público”).
Sin embargo, en su caso y siendo la máxima
autoridad en Educación de nuestro país me
asalta la duda que, por su posición
estratégica en el sistema, utilice unas
fuentes psicopedagógicas tan novedosas que
hasta el momento son desconocidas para la
mayor parte del mundo académico pero, que al
mismo tiempo, son tan fundamentadas que le
permiten soslayar el contenido de la Ley
Orgánica de Educación.
Por otra parte señor ministro, no acabo de
entender aquello de que “la cuestión de la
educación de 0 a 3 años” no es educación
sino conciliación… ¿quiere decir que para
que exista conciliación necesariamente hay
que dejar a los niños en una guardería donde
no exista una propuesta pedagógica?… ¿si
se les matricula en una Escuela Infantil
deja de haber conciliación?… ¿si dejamos
al niño con los abuelos puede considerarse
conciliación o educación?…
En fin, supongo que al final a lo que vamos
es a lo de siempre: aquellas familias que,
quizás por desconocimiento de las fuentes en
las que usted apoya sus afirmaciones, o
quizás por llevar la contraria a la
filosofía del ministerio que usted preside,
tengan la desfachatez de pensar que el
proceso educativo comienza desde el
nacimiento, que vale la pena que su hijo de
uno o dos años tenga experiencias de
socialización, de juego compartido y
aprendizaje desde un proyecto pedagógico,
dirigido, controlado y evaluado por técnicos
y maestros graduados en ámbito de la
educación infantil y desde una Escuela
Infantil… y sobre todo, quien además tenga
recursos para pagarlo, podrá ejercer el
derecho a que “el proceso educativo
propiamente dicho” de sus hijos comience
antes de los tres años.
Quienes no tengan recursos económicos… que
no aspire a educación, sino a conciliación,
al menos hasta la edad en la que el señor
ministro opine que el proceso educativo
propiamente dicho puede comenzar.