La
igualdad todavía asombra. Una mañana cualquiera un hombre
joven se dispone a tender la ropa en el patio de su casa. El
vecino jubilado se asoma a la ventana para espantar el
aburrimiento y se da de bruces con una escena inesperada. No
lo puede evitar: «¿Qué? ¿Tienes a la mujer mala? », le
espeta al chaval. «No, no. Está trabajando», contesta el
joven, tranquilo. El jubilado se queda parado. Mucho han
cambiado los tiempos, masculla para sus adentros.
A un padre primerizo se le ocurre comentar en la barra del
bar que ha tenido un día torero entre pañales, comida y
carreras detrás de su criatura. El camarero, más entrado en
años, le increpa entre risas y veras: Pero, ¿para qué tienes
a la mujer, hombre?». Vivimos en el siglo XXI pero no se ha
dado cuenta. O no quiere.
Ya son menos los que presumen de no haber cambiado un pañal
en su vida. Pero haberlos, haylos. La igualdad real está en
construcción. En cada momento de la vida cotidiana hay una
oportunidad para apuntalarla. O para destrozar el camino que
tanto esfuerzo y trabajo ha costado trazar. La construcción,
y no sólo el ladrillo, está en crisis. Ahora impera la
destrucción o la deconstrucción, que es la que marca las
tendencias gastronómicas. La marcha atrás.
Un paso atrás
La crisis es un caldo de cultivo idóneo para parar los
avances. De entrada, las mujeres tienen menos posibilidades
de autonomía económica. Según la Unión Europea, el 59% de
las mujeres en edad de trabajar tiene empleo en comparación
con el 73% de los hombres y sus salarios son, por término
medio, un 16% inferiores a los de los hombres.
La decisión de no renovar el contrato a la agente de
igualdad en el Ayuntamiento de León, bajo la excusa del
ahorro, es otro paso atrás. Prescindir de una profesional
cualificada para , orientar la equidad dentro del
ayuntamiento y de las políticas municipales no es ahorrar,
es despilfarrar el trabajo realizado en los últimos años. Es
una decisión de claro contenido político. La Junta dejó de
subvencionar la contratación de agentes de igualdad en las
entidades locales hace más e un año.
Para no ser menos, la Diputación tiene en suspenso el
programa Hazlo por
tí, dirigido a las
mujeres del área rural y cuya finalidad principal es el
cuidado de la salud y la mejora de su calidad de vida. Y
todo por unas migajas que apenas sobrepasan los 40.000
euros. Si sumamos lo que han cobrado los consejeros
concejales de un partido y otro en la Caja durante el 2011
seguro que daba para dos programas de Hazlo por tí en los
pueblos o para contratar a la agente de igualdad del
Ayuntamiento de León.
Eso fue lo que le pareció a la
presidenta de la Agrupación Leonesa de Mujeres Abogadas,
Pilar Díez, cuando se rasgaban las vestiduras en el Consejo
de las Mujeres de León por la merma del presupuesto en
programas de igualdad. Pero es más fácil quitar derechos que
suprimir privilegios.
Marea violeta
Las mujeres están asombradas.
Pero no de sorpresa. Cada vez más envueltas en la sombra de
la crisis. Como en la sombra han estado a lo largo de
la historia. Las imágenes de mujeres rescatadas de los
archivos de la agencia Efe desde su creación en 1939 hacen
luz sobre las sombras de la historia. La exposición está en
Astorga desde el viernes. En la Biblioteca Municipal. Por
muy marcha atrás que den, ya no estamos en 1939. Ni
volveremos. Las mujeres salen de la sombra en la música, en
la ciencia, en la literatura, en la moda y en el día a día.
Se mueven como una marea viva. Marea violeta. Para no dar
más marcha atrás.
Ana
Gaitero
Periodista |