Para entender las
desigualdades de renta en España tenemos que entender
las desigualdades derivadas de las rentas del trabajo y
las derivadas de las rentas del capital. Entre las
primeras, la situación de los salarios y su variabilidad
y dispersión son de una enorme importancia. Si miramos
la media salarial, medida en euros estandarizados (euros
homologables en su capacidad adquisitiva entre países de
distinto nivel de riqueza), por trabajador, podemos ver
que, en 2007, en España fue de 27.348, en Grecia 24.485
y en Portugal 20.072, los tres países con la media
salarial más baja de la UE-15 (el grupo de países de la
UE-15 que tienen semejante desarrollo económico). La
media salarial de Dinamarca fue de 36.184, la de la Gran
Bretaña 38.145 y la de Luxemburgo, 44.602 siendo estos
países los que tenían la media salarial más alta (OCDE,
2011) I.
Para poder entender el
valor de tales cifras es necesario saber que tal
indicador mide la media de los salarios de la gente que
trabaja en el momento en que se calcula, sin tener en
cuenta el nivel de desempleo (es decir, la gente que no
trabaja y busca empleo). Cuando se incluye este último,
la media salarial en los países con gran desempleo, como
es el caso de España, es mucho menor que la cifra citada
anteriormente. De ahí que el nivel salarial para toda la
población (ocupada y no ocupada) en España sea incluso
más baja que la cifra citada anteriormente, la cual solo
cubre a la población ocupada. En ambos casos, los
salarios españoles están entre los más bajos de la
UE-15.
Otra observación que debe
hacerse es que la media salarial no nos dice nada del
grado de dispersión salarial que existe entre las
personas que trabajan. De ahí la enorme importancia de
ver esta desigualdad de salarios dentro de España y
compararla con la existente en otros países de la UE-15.
Una manera de ver tal dispersión es mirar el porcentaje
de gente que trabaja con salarios que sólo son dos
terceras partes de la media salarial. Es lo que se
conoce como “bajos salarios”. Podemos ver que tal
porcentaje en España fue en 2007, un 17% casi el mismo
porcentaje que Grecia. Llama la atención que es un
porcentaje menor al de otros países, como Alemania que
tiene un porcentaje más elevado, un 20%, o Gran Bretaña,
que también tiene un 20% de salarios bajos. Esta
diferencia entre España y estos países se explica por
varias razones. Una de ellas es que la media salarial
española es ya muy baja y, por lo tanto, el porcentaje
de salarios bajos respecto a la media de cada país es
menor que en otros países como Alemania y Gran Bretaña,
que tienen la media salarial mucho más elevada. Y otra
causa de este diferencial es que mucha gente que está
desempleada en España, en aquellos países estaría
ocupada con salarios bajos. Pero como los desempleados
no se contabilizan como asalariados, vemos que España
tiene un porcentaje menor de salarios bajos que en
Alemania o Gran Bretaña. En realidad, Alemania ha
intentado mantener a los trabajadores en sus puestos de
trabajo (situación incluso más acentuada durante estos
años de crisis) en lugar de despedirlos y ello como
consecuencia de la generalización del sistema de
cogestión de las empresas II.
Otro dato digno de mención
es que mientras no hay mucha distancia entre la media
salarial y los bajos salarios en España, si que hay una
gran distancia entre los salarios altos y los salarios
bajos. Así, dividiendo las rentas salariales por decilas,
se puede ver que los que están en la decila superior
tienen unos salarios que son 3.46 veces mayores que los
de la decila inferior (uno de los diferenciales más
elevados de la UE-15). En Suecia este diferencial es
sólo 2.28 veces, en Dinamarca 2.73 veces y en Finlandia
2.57 veces. En Alemania es 3.35 veces y en Francia 2.91
III.
España también es el país
en el que existe mayor diferencia entre los salarios
altos y la media salarial (contando las veces que la
decila superior salarial es mayor que el salario medio).
Lo que caracteriza pues la situación en España es una
media salarial muy baja con una dispersión salarial muy
elevada, lo cual contrasta con los países nórdicos, cuya
media salarial es más elevada que en España y cuya
dispersión salarial es mucho más reducida. Es importante
subrayar este dato, pues parte del dogma neoliberal es
que la dispersión salarial es una condición necesaria de
eficiencia económica y elevada productividad. Los países
nórdicos tienen salarios más altos, con menores
desigualdades salariales, siendo estos países los que
tienen y gozan de mayor eficiencia económica. Y una
condición para que ello ocurra es que el porcentaje de
salarios bajos en aquellos países sea muy bajo.
Este excesivo número de
salarios bajos en España se debe en parte a unos
salarios mínimos muy bajos (junto con Grecia y
Portugal). El salario mínimo de España es menos de la
mitad que en países como Francia, Bélgica, Holanda o
Reino Unido IV.
Los países nórdicos, por
cierto, no tienen salarios mínimos regulados por el
estado como aquellos países, incluida España. El nivel
salarial viene definido por los convenios colectivos,
que son obligatorios para toda la fuerza laboral.
En España, economistas
conservadores y neoliberales se han opuesto a la
elevación del salario mínimo, proponiendo incluso su
eliminación. Argumentan que la elevación de tal salario
mínimo destruiría empleo. Los datos muestran, sin
embargo, que Grecia, España y Portugal, cuyos salarios
mínimos (en 2008, era en Grecia 4.86 euros
estandarizados por hora, Portugal 3.31 y España 4.07
euros por hora), son los más bajos de la UE-15, tiene
también el mayor nivel de desempleo. Por otra parte
Francia, Bélgica, Holanda y Gran Bretaña, tienen
salarios mínimos que son más del doble de los de España
(Francia 8.70, Bélgica 8.23, Holanda 8.22 y Gran Bretaña
8.06 euros estandarizados por hora) y sin embargo tienen
un desempleo mucho menor que España.
En realidad, el
crecimiento del salario mínimo tiene impacto en el nivel
salarial de la mayoría de la población empleada,
aumentando la capacidad adquisitiva de la población,
creciendo la demanda, y el estímulo económico, el
crecimiento económico y la producción de empleo. Una de
las medidas más exitosas tomadas por el Presidente
Franklin Roosevelt para salir de la Gran Depresión en
EEUU fue aumentar el poder de los sindicatos (para que
crecieran los salarios) y subir así el salario mínimo.
En resumidas cuentas, en
España los salarios son demasiado bajos y la dispersión
salarial es demasiado acentuada. Estos países son causa
(y síntoma a la vez) de ineficiencia económica. La
consecuencia de tener estos bajos salarios es un enorme
endeudamiento de las familias. Así el endeudamiento
familiar en España es mucho más elevado (22% del PIB en
2004) que en la mayoría de países de la UE-15. Lo mismo
ocurre en Grecia (18% del PIB). Este endeudamiento ha
subido sustancialmente (pasando a ser el 32% en 2008)
V.
Como comparación, Alemania
pasó de 2004 a 2008 de 2.7% a 11% del PIB. El enorme
endeudamiento privado en España y países del sur se
debe, en gran parte, a su bajo nivel salarial.
Rentas empresariales
Es importante para analizar tales rentas mirar la
evaluación de los beneficios empresariales incluyendo
los años de la crisis. En realidad, durante estos años
se han exigido cambios muy sustanciales tanto en el
mercado de trabajo como en la financiación del estado
del bienestar que han implicado recortes muy
considerables tanto de los beneficios laborales como de
los sociales. El gobierno y las Cortes españolas han
adoptado tales medidas indicando que eran necesarias
para salir de la crisis.
Pero, tales sacrificios no
se han exigido al mundo de las grandes empresas. En
realidad, aquellos sacrificios de la población laboral
han repercutido favorablemente en los beneficios a los
grupos empresariales más importantes de España y que
marcan la pauta de desarrollo económico. Mirando las
empresas del IBEX-35, vemos que durante el periodo de la
crisis (2007-2010), periodo durante el cual el número de
desempleados ha pasado de 1.800.000 en 2007 a más de
4.000.000 en 2010), sólo 3 empresas que componen el IBEX-35
han tenido pérdidas, lo cual supone sólo un 8.5% de las
grandes empresas. Todas las demás, reportaron
beneficios. Es más, de las 3 que indicaron pérdidas, dos
tuvieron pérdidas sólo durante el primer año, mostrando
al año siguiente beneficios de más de 900 millones de
euros, una de las empresas, y más de 2.000 millones de
euros en el otro. Sólo la tercera empresa, ACERINOX,
obtuvo pérdidas dos años seguidos, consiguiendo obtener
123 millones de euros de beneficio en 2010
VI.
El centro del mundo
empresarial no ha tenido pérdidas durante estos años de
crisis. En realidad, no han estado en crisis. Los
trabajadores, sin embargo, sí que lo han estado y
continúan estándolo. De ahí que, la mera exigencia de
justicia, debería impedir que una empresa que está con
beneficios no pudiera disminuir la plantilla, añadiendo
además que cualquier ventaja fiscal que recibieran (y
todas ellas obtener desgravaciones y subsidios fiscales)
debieran estar condicionadas a la creación de empleo y
al mejoramiento salarial de sus empleados o al
establecimiento de un fondo en la empresa conjuntamente
gestionado por los empleados de la empresa y la
dirección, con el fin crear empleo. Esta legislación
existe en muchos países europeos y debiera aplicarse
también en España, donde el mundo de las grandes
empresas tiene un excesivo poder a costa del mundo del
trabajo. Estos datos muestran claramente que la crisis
no ha afectado por igual a las rentas del trabajo y a
las rentas del capital. Las segundas han mejorado a
costa de las primeras.
I
Fuente: OCDE. “Average annual wages”, 2011.
II Ver el artículo de V. Navarro,
“Lo que no se dice sobre el supuesto “milagro alemán””
.
III OCDE, “Decile ratios of gross
earnings”, 2011.
IV OCDE, “Real hourly minimum wages”,
2011.
V Stockhammer, Engelbert. “Peripheral
Europe’s Debt and German Wages. The Role of Wage Policy
in the Euro Area”. Research on Money and Finance
Discussion Papers, nº 29. 2011
VI Extraídos de los informes de las
empresas publicados en la prensa económica.
Vicenç
Navarro
Catedrático de Políticas Públicas
Universidad Pompeu Fabra |