Vaya por delante mi más sincera felicitación a las grandes empresas que esta semana han presentado resultados, y que han obtenido en 2010 unos beneficios muy superiores a los del año anterior, incluso históricos en algún caso. No me miren así, que hablo en serio: enhorabuena a los consejos de administración, y a los accionistas que se repartirán el dividendo. Porque haya muchos pasándolas canutas no vamos a dejar de alegrarnos de que a otros les vaya bien, incluso muy bien.

Como sé que con esto de los beneficios es muy fácil hacer demagogia, me limitaré a darles la información sin añadidos ni valoraciones, por estricto orden alfabético:

• Abengoa ganó 207 millones (22% más),

• Abertis 662 millones (6,1% más),

• ACS 1.313 millones (un 32% menos),

• Amadeus 427 millones (24,3% más),

• Criteria 1.823 millones (38,5% más),

• Endesa 4.129 millones (20,4% más),

• Ferrovial 2.163 millones,

• Iberdrola superó su récord con 2.870 millones (1,6% más),

• Repsol 4.693 millones (un 200% más, han leído bien), y tachán-tachán,

• Telefónica 10.167 millones, un 30,8% más y récord histórico de la bolsa española.

Ay, perdonen, se me ha escapado un ‘tachán-tachán’, pero es que me emocioné.

Pues ya lo saben, por si quieren sumarse a la felicitación y enviar un tarjetón a los directivos. Pero, ¿por qué ponen esas caras? Ah, ya entiendo: son ustedes los típicos resentidos que no soportan que a otros les vaya bien. Qué ganas de amargarse la vida, no soportar la felicidad ajena.

Pues que sepan que todos esos beneficios pagan impuestos. Qué se creían. Impuesto de sociedades se llama. Y el nuestro es de los más altos de Europa, el 30%. Esperen, esperen, que me pasa una nota mi secretario: ah, dice que en teoría es el 30%, pero que en la práctica se queda en el 18% de media, gracias a generosas deducciones, exenciones y otros truquillos, que cuanto más grandes menos pagan, y que la recaudación cae año tras año. Otro resentido, mi secretario. Yo ni caso, no me amargaréis el sábado. Felicidades, campeones. Y felicidades a los trabajadores, que con toda seguridad verán cómo sus sueldos crecen tanto como los beneficios.