http://blogs.publico.es/escudier/495/pensionistas-pero-idiotas/
|
Tenemos
derecho a conocer los estudios y sus autores, por si
entre ellos nos encontramos a los bancos más activos en
colocarnos a cualquier precio sus planes y fondos para
incautos |
Tener escrito el final de
los guiones resta mucha intriga pero permite a cambio
otras licencias argumentales. En Titanic, por ejemplo,
era inevitable que el barco se fuera al fondo del mar,
como lo era en Los Diez Mandamientos que los egipcios
acabaran hinchándose de agua salada. Con el Pacto de
Toledo se daba por descontado que el Gobierno iba a
aumentar la edad legal de jubilación al margen de
cualquier otra recomendación. Lo sabían esos mercados
que son personas, en clarividente apunte de Fernández
Ordóñez, y lo sabía el PP, que por eso se permitió el
lujo de oponerse a la medida, aun cuando comulgara con
ella. Pasando de las musas al teatro, lo sabía hasta el
apuntador.
El de las pensiones es un
tema muy serio en el que debería hablarse claro. Tenemos
derecho a conocer los estudios qué sostienen que el
actual sistema irá a la quiebra en 20 años y quienes son
sus autores, por si entre ellos nos encontramos a los
servicios de estudios de los bancos más activos en
colocarnos a cualquier precio sus planes y fondos para
incautos. Pero sobre todo, nos asiste el derecho de que
no se nos tome por idiotas y se nos diga claramente que
elevando la edad de jubilación no se pretende que haya
más ocupados contribuyendo a la caja común sino
simplemente rebajar la cuantía de las pensiones.
Dicho de otra forma, se
puede aumentar la edad de jubilación pero nadie por eso
trabajará más tiempo. No habrá albañiles subidos al
andamio a los 67, sino que sobrevivirán como puedan
hasta llegar a la edad reglamentaria para cobrar luego
la pensión mínima, y aquellos profesionales liberales
que pueden prolongar su actividad más allá de los 65 lo
seguirán haciendo como hasta ahora. Por estas mismas
razones de ahorro se ha hecho la vista gorda cuando se
ha expulsado en masa del mercado de trabajo a los
mayores de 50 años después de toda una vida de
cotización.
Es un sarcasmo que se
declare la guerra a las prejubilaciones cuando el propio
Estado ha facilitado que miles de empleados públicos
como los de RTVE se vayan a su casa a los 52 años. Como
lo es que el sistema de pensiones se modifique a toda
prisa por exigencia de esos inversores que con cada
reforma estructural cobran más intereses por comprarnos
deuda pública. Como sigamos reformando, nos llevan a la
ruina sin remedio.
Juan
Carlos Escudier |