24 de enero. Marta, 17 años
Un crimen que conmocionó a toda España
Marta, de 17 años, vivía con sus padres en Sevilla y estudiaba 4º de
Secundaria. La adolescente había estado saliendo con su agresor en la
primavera de 2007 y, si bien habían roto sentimentalmente, mantenían desde
entonces cierto contacto esporádico.
El sábado 24 de enero, Marta pasó la tarde con sus amigos hasta que uno de
ellos la dejó en su portal sobre las 21.30 horas. Sin embargo, la Policía no
descarta que la joven subiera a casa para después volver a bajar, antes de
desaparecer. Esta conclusión se basa en que su ordenador estaba encendido y
su bolso se hallaba en la habitación cuando sus padres regresaron. El 13 de
febrero, su ex novio confesaba que había asesinado a la joven. Según declaró
en un primer momento, los hechos se produjeron en una discusión en el
domicilio del agresor. Durante la pelea, él la mató golpeándola en la cabeza
con un cenicero.
Nueva versión
Tras el crimen y ayudado por dos amigos, también detenidos, abandonó el
cuerpo a orillas del río Guadalquivir. Después de que esta zona fuese
peinada sin éxito durante un mes, el detenido cambió su declaración inicial.
Dijo que entre los tres amenazaron a la joven con una navaja, intentaron
abusar de ella y luego el menor de ellos la estranguló, tras lo cual
arrojaron el cuerpo a un contenedor de basura.
Un
año después de su muerte el cuerpo de Marta continúa desaparecido. En
cualquier caso, el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel
Lorente, ha afirmado que constituye un crimen machista, bien por su
“componente sexual” o por la existencia de una anterior relación de pareja
con su presunto agresor. (Marta del Castillo y Laura Alonso son las únicas
víctimas que aparecen con su verdadera identidad en este homenaje, ya que
sus rostros aparecieron en medios de toda España cuando sus familia
denunciaron su desaparición).
5 de febrero. Ana, 25 años
"Mi mamá ha muerto", repetía el hijo de la víctima
Ana era madre de dos niños menores de edad. Había emigrado desde Ecuador y
vivía con el más pequeño, su hermano y su marido en Parla (Madrid). La mujer
trabajaba como limpiadora, pero se quedó sin trabajo una semana antes de
morir. Su presunto agresor, con quien mantenía una relación extramarital,
era ocho años mayor que ella. Su muerte se produjo cuando este le asestó dos
puñaladas en el corazón en presencia de su hijo de cinco años. Luego intentó
suicidarse. El niño repetía “mi mamá ha muerto”, según relató un testigo.
10 de febrero. Silvia, 30 años
Recibió hasta 12 puñaladas de madrugada
Silvia tenía dos hijos de seis y dos años. Residía con su familia en el
barrio sevillano de Los Pajaritos, donde trabajaba en una tienda de
comestibles. Una madrugada, su marido la apuñaló 12 veces hasta matarla. Su
asesino llamó al servicio de emergencias 112 para confesar el crimen. Dijo
que había apuñalado a su mujer y que iba a suicidarse. Y cumplió con su
amenaza. Tras la llamada, se arrojó por una ventana de la vivienda. Silvia
había presentado dos denuncias por malos tratos contra su pareja. La última,
en junio de 2008.
20 de febrero. Rosa, 35 años
"He matado a mi mujer", dijo el agresor en
la calle
Rosa estaba casada con su presunto asesino, con quien tenía una hija de 4
años. Vivían juntos en el distrito madrileño de Vallecas. Él la apuñaló en
el domicilio conyugal mientras la niña estaba en el colegio. Tras el crimen,
se encontró con un vecino en mitad de la calle. Le dio las llaves del piso y
le dijo: “He matado a mi mujer”. El asesino se dirigió, aún con manchas de
sangre en su ropa, a una comisaría, donde confesó el crimen. Según declaró,
todo comenzó con una discusión “que fue
subiendo de tono”.
20 de febrero. Lola, 35 años
La estranguló y luego se suicidó tirándose a un pozo
Lola era madre de dos niñas. Vivía en Rociana del Condado (Huelva) y era ama
de casa aunque esporádicamente trabajaba también como camarera. Dos meses
antes de ser asesinada, inició los trámites de separación de su presunto
agresor y dejaron de vivir juntos. Su marido la estranguló hasta quitarle la
vida en el domicilio familiar y después se suicidó. Al día siguiente, la
Guardia Civil encontró el cuerpo sin vida del agresor en un pozo cercano a
la vivienda. Lola fue la segunda víctima mortal de la violencia de género en
un
solo día.
6 de marzo. Nieevs, 65 años
El asesino la asfixió con la almohada mientras dormía
Nieves vivía con su marido y sus dos hermanos en Beneixida (Valencia). Había
regresado hacía cinco años a este pueblo tras emigrar a Alemania. Fue allí
donde conoció a su asesino, con quien se casó. Años más tarde ambos se
jubilaron y se instalaron en España. Sobre las 8 horas del 6 de marzo, su
marido la asfixió con la almohada mientras ella dormía. Tras el crimen, el
presunto agresor intentó suicidarse arrojándose por un balcón. Está imputado
por un delito de asesinato con agravante de parentesco.
15 de marzo. Paula, 26 años
La víctima retiró la denuncia previa "por pena"
Paula era madre de un niño fruto de su relación con su presunto agresor, 13
años mayor que ella. Pese a estar separados, la víctima quería “mantener una
buena relación” con el padre de su hijo, según explicó su hermana. Paula
denunció a su ex pareja por malos tratos en 2008. Cinco días después, pidió
al juez que retirase la orden de alejamiento “por pena” y para que él
pudiera trabajar. Tras golpearla y acuchillarla, su ex novio abandonó su
cuerpo en el maletero del coche en Altafulla (Tarragona). El asesino confesó
el crimen.
26 de febrero. Mercedes, 55 años
Su marido la atropelló varias con el coche en una autovía de Granada
La mujer admitió poco antes de su muerte que había sufrido maltrato
psicológico durante todo su matrimonio. Mercedes era canaria pero llevaba
más de diez años viviendo con su marido, 12 años mayor que ella, en el
municipio alpujarreño de Lanjarón, en Granada. Se había divorciado
legalmente de su agresor cuatro meses antes de su muerte, aunque al parecer
todavía mantenían cierta relación.
Nunca se decidió a denunciar legalmente los malos tratos de su marido,
El mediodía del 26 de febrero, cuando ambos regresaban de una visita médica
en Granada, su ex marido la asesinó atropellándola varias veces con su
vehículo en la autovía A-44, a dos kilómetros de El Padul. El agresor fue
detenido y días después, la jueza decretó prisión sin fianza atribuyéndole
un presunto delito de homicidio. En su declaración ante la Guardia Civil el
detenido negó haber matado a su ex mujer de forma intencionada y mantuvo que
Mercedes se bajó del coche y fue arrollada de modo fortuito. Según la
investigación, la víctima habría muerto al ser atropellada varias veces.
El coche pasó por encima de ella hacia adelante y hacia atrás. A finales de
2008, Mercedes había acudido a los servicios municipales para solicitar
ayuda, asustada por las amenazas de su pareja. En una ocasión, incluso
acudió a un grupo de terapia organizado por el Instituto Andaluz de la
Mujer. Sin embargo, nunca se decidió a denunciar legalmente los malos tratos
de su marido, por lo que sólo recibió atención psicológica por parte del
Ayuntamiento. La mujer declaró haber sido víctima de maltrato psicológico
prácticamente durante todo su matrimonio, y explicó que la situación se
había agravado durante los últimos diez meses.
20 de marzo. Inés, 39 años
El cadáver apareció dos meses después de su desaparición
Inés vivía en El Sobradillo (Tenerife). Era conductora del servicio urbano
de autobuses de Santa Cruz. Su familia denunció su desaparición el pasado 20
de marzo, después de que la mujer no volviera a casa ni apareciese por su
puesto de trabajo. Su cadáver fue hallado dos meses después, el 20 de mayo.
Estaba enterrado en una fosa séptica de una vivienda en el Camino de la
Hornera (La Laguna), propiedad de su ex pareja. El cuerpo tenía las manos
atadas a la espalda y una cuerda en el cuello, lo que confirmó la hipótesis
del estrangulamiento. Su ex novio fue imputado por asesinato.
22 de marzo. Andrea, 44 años
El agresor había estado dos años en prisión por maltrato
Andrea trabajaba como limpiadora en un colegio de Castellón. Estaba casada
con su asesino, seis años mayor, con quien tenía un hijo. En julio de 2008,
su agresor quedó en libertad tras haber cumplido dos años de cárcel por
amenazas, malos tratos y quebrantamiento de condena. Tanto Andrea como otras
parejas anteriores ya le habían denunciado, pero la víctima reanudó la
convivencia con su marido en cuanto salió de la cárcel. Ocho meses después,
fue estrangulada. Fue su hijo quien encontró el cadáver. Su marido confesó
el crimen.
24 de marzo. Nuria, 44 años
Recibió cinco puñaladas ante sus dos hijos
Cuando
era adolescente, Nuria huyó de su casa para vivir con el que sería su
agresor durante el resto de su vida. Se casaron en 1980 y tuvieron cinco
hijos. “Llevaban 29 años casados, a pesar de que a los tres meses ya
empezaron las palizas y las amenazas”, explicó un hermano de la víctima, que
vivía en Gernika (Vizcaya). Nuria denunció cinco veces a su marido por
maltrato y agresiones. En 2006, se le impuso una orden de alejamiento y se
le prohibió la tenencia de armas. La mujer recibió cinco puñaladas ante sus
hijos. Una de ellas fue herida grave.
3 de abril. María, 76 años
Su esposo confesó en un bar que había disparado a su mujer
María tenía siete hijos fruto de un largo matrimonio con su agresor, con el
que había residido toda su vida en el municipio granadino de Piñar. El
pasado 3 de abril su marido la mató a tiros en el domicilio familiar. En
torno a las 8 horas, el asesino se acercó al bar al que acudía habitualmente
y confesó el crimen, “tranquilo y normal”, al dueño del establecimiento.
Según explicó este, el agresor le contó que había disparado tres tiros a su
mujer, “dos en la cabeza y uno en el pecho”. Fue este testigo quien avisó a
un hijo de la víctima y a la Guardia Civil.
10 de abril. Manuela, 54 años
A pesar de la orden de alejamiento, se fueron de vacaciones
Madre de tres hijos, Manuela vivía en Humanes (Madrid). Trabajaba como
limpiadora en un colegio de la capital y estaba separada de su asesino, diez
años mayor que ella. Su supuesto agresor había sido condenado en dos
ocasiones (en 2004 y 2008) por maltratar a Manuela. Sobre él pesaba una
orden de alejamiento que le impedía acercarse a ella, y que ambos
quebrantaron cuando decidieron pasar juntos cinco días de vacaciones en
Valencia de Alcántara (Cáceres). Allí, Manuela fue asfixiada a manos de su
ex marido.
9 de mayo. Lisbeth, 37 años
Un ciudadano resultó herido al auxiliarla
De origen colombiano, Lisbeth era madre de una joven de 19 años, con quien
vivía en Irún (Guipúzcoa). La mujer estaba en trámites de separación de su
presunto asesino, también colombiano. La madrugada del 9 de mayo, tras una
larga persecución, su ex marido, de 37 años, hizo chocar su vehículo contra
el coche en el que viajaba Lisbeth. Tras la colisión, la obligó a salir del
coche y la apuñaló en el cuello.
“Si volviera a pasar volvería a hacerlo otra vez"
Un motorista que presenció el accidente se acercó para prestar ayuda. Al ver
al agresor con un cuchillo en la mano, intervino para evitar el asesinato y
recibió dos puñaladas en el abdomen y en la espalda, que le hicieron
permanecer ingresado varios días en el hospital. “Si volviera a pasar
volvería a hacerlo otra vez, porque es una persona que está para ayudar a
todo el mundo”, manifestó la mujer de este ciudadano de 49 años.
La víctima murió una hora después. Su agresor fue detenido en las
inmediaciones del lugar del crimen, muy cerca del Hospital Comarcal del
Bidasoa.
12 de mayo. Fátima, 30 años
Fue descuartizada por su marido, que le
doblaba la edad
Fátima era argelina y tenía dos niños con su agresor, un marroquí 30 años
mayor que ella. Trabajaba como limpiadora y vivía con su marido y sus hijos
en Badalona. El matrimonio mantenía discusiones constantes. Sobre el agresor
pesaban varias órdenes de alejamiento que ambos rompían de mutuo acuerdo. El
12 de mayo, su marido la apuñaló en un huerto cercano a una carretera de
Rubí (Barcelona). Tras el crimen, la descuartizó y abandonó el cuerpo. Un
vecino encontró el cadáver y alertó a los Mossos. Un mes después, el marido
fue detenido.
12 de mayo. Lucía, 45 años
La víctima pidió que le retirasen la medida de protección
Lucía tenía una hija fruto de su matrimonio con su presunto agresor. Las dos
vivían en la localidad tinerfeña de Guía de Isora, donde la mujer fue
asesinada. Lucía se separó de su marido en 2004 y solicitó una orden de
alejamiento por la que su ex pareja no podía acercarse a ella ni a su hija a
menos de 600 metros. Sin embargo, la propia víctima pidió en julio en 2008
que la medida de protección fuese retirada. Un año después, su ex marido la
mató a golpes propinándole una brutal paliza. El cadáver de Lucía fue
encontrado en su domicilio con signos de fuerte violencia.
20 de mayo. Elena, 34 años
Estaba considerada una víctima de "alto riesgo"
Elena trabajaba en una céntrica calle de Tacoronte (Tenerife). A finales de
2008, denunció a su ex pareja, con la que había acabado seis meses antes. Le
pusieron una orden de alejamiento, pero la quebrantó y, en enero de 2009,
volvió a denunciarle. Elena estaba considerada por las fuerzas de seguridad
como una víctima de “alto riesgo”. Apenas 24 horas antes de su muerte, había
establecido su último contacto con la Guardia Civil. Su ex novio la asaltó
cuando salía de trabajar y la apuñaló mortalmente en plena calle. Tras el
crimen, se suicidó.
20 de mayo. Virginia, 42 años
"Acabo de cometer una locura", dijo el agresor a su familia
Virginia tenía dos hijas de 13 y 20 años. Vivía con ellas y con su marido en
Albox (Almería) desde hacía cinco años. El matrimonio compartía vivienda a
pesar de estar en trámites de separación. Ella nunca le había denunciado. La
tarde del 20 de mayo, su presunto agresor le asestó varias puñaladas
mortales en el domicilio familiar. Tras el crimen llamó a dos familiares de
la víctima para confesarles que “acababa de cometer una locura” y pedirles
que avisaran a la Guardia Civil. Al llegar a la casa para detenerle, el
asesino confeso tenía restos de sangre en la ropa.
26 de mayo. Li, 23 años
Su ex novio asesinó a la mujer y a su nueva pareja
Li, de nacionalidad china, vivía en Barcelona y había mantenido una relación
sentimental con su presunto asesino, también chino. Este no aceptó el hecho
de que la víctima tuviera un nuevo novio. La madrugada del 26 de mayo,
cuando la joven paseaba con su nueva pareja, su ex novio acabó con la vida
de los dos a cuchilladas en plena calle de una zona de la playa de Sant
Sebastià, en el barrio de la Barceloneta. En su declaración a los Mossos
d’Esquadra, el asesino confeso admitió que quiso vengarse de la chica por
haber roto su relación y haber iniciado otro noviazgo.
27 de mayo. Rocío, 36 años
La asfixió hasta la muerte y huyó con el hijo que compartían
Rocío
había mantenido una relación con su asesino, nacido en El Salvador, con
quien tenía un hijo de 3 años. A pesar de que sobre su agresor pesaba una
orden de alejamiento, varios testigos manifestaron que Rocío y su compañero
aún vivían juntos en la misma vivienda de Castellón. La noche del 27 de
mayo, según declaró el detenido, él la asfixió hasta la muerte después de
una discusión. Tras el crimen, huyó con el niño, al que dejó en casa de unos
familiares antes de entregarse en comisaría. El menor pasó a cargo de los
servicios sociales.
29 de mayo. Christine, 20 años
El hombre ya había sido detenido por delitos menores
Christine era una joven irlandesa que salía con su agresor, de la misma
nacionalidad y cuatro años mayor que ella. El hombre residía en Orihuela
(Alicante) y era bastante conocido por la Policía Local, que lo había
detenido en varias ocasiones por delitos menores. Una noche, ambos se
hospedaron en la habitación de un hotel en Cabo Roig. Allí hallaron el
cuerpo sin vida de la chica con signos de violencia, y una herida de arma
blanca en el cuello. Su novio la apuñaló y huyó tras el crimen. Horas más
tarde fue detenido en La Oliva (Valencia).
31 de mayo. Ángela, 20 años
La pareja estaba de vacaciones en Barcelona
Ángela era bosnia y había venido a España a pasar unos días de vacaciones
con su novio, holandés y seis años mayor que ella. El pasado 31 de mayo, en
torno a las 13.30 horas, la pareja circulaba en furgoneta por una calle de
Malgrat de Mar (Barcelona). Buscaban un hotel donde alojarse. En el interior
del vehículo