las personas más
jóvenes no podrán recordar el programa televisivo
—en TVE, la única que existía entonces— Reina por un
día, que a comienzos de los años sesenta dirigían
José Luis Barcelona y Mario Cabré. En el programa,
la candidata seleccionada explicaba sus sueños y
esperaba verlos cumplidos. Hasta aquí la
explicación.
La ex-responsable de nuestro ramo, María Jesús
Sansegundo, fue durante casi un día la ministra
feliz que había conseguido aprobar una nueva ley
educativa, vendida como el principal acuerdo social
por la enseñanza de los últimos años. No habían
transcurrido 24 horas de estas declaraciones de
Sansegundo y ya estaba destituida.
Tampoco habían pasado 24 horas y algunas
organizaciones avalistas de su reforma se
desmarcaban de la ministra y se felicitaban por el
cambio. ¡Qué gratitud!
Otras, en cambio, quedaban perplejas. No podía ser
de otra manera. Después de haber conseguido
imponerle al Ministerio de Educación una política
sectaria respeto a organizaciones que, como STEs-i,
no comparten tanta “buena nueva” para la escuela
pública, ahora resulta que la figura que ha
simbolizado este hito histórico se va. Y no
precisamente con excesiva normalidad.
Algunos habrán de empezar otra vez con una nueva
ministra —¿quizás con un nuevo equipo?—. Qué
contrariedad, con las elecciones sindicales, ay
señor, a la esquina. Tan bien que habían preparado
la jugada.
A la ex-ministra no le guardamos ningún rencor. En
relación con el profesorado, Sansegundo abordó una
negociación de la LOE con un acuerdo gestado con
tres organizaciones sindicales —una en primerísimo
grado (CCOO) y las otras dos como acompañantes (UGT
y CSIF)— al cual se invitó a sumarse otro sindicato
(ANPE), eso sí, al final de una secretíssima
negociación que desembocaba, 24 horas más tarde, en
una mesa de negociación—sólo 24 horas, como la
ministra cesada— para que el resto de
organizaciones: STEs-i y la Confederación
Intersindical Galega, se sumaran sin participar. La
jugada para dejar fuera a los STEs se repitió meses
después con la negociación del plan de convivencia.
En esta ocasión, permitieron que firmara la CEAPA la
cual, que se sepa, no forma parte de la mesa
negociadora del profesorado.
La exministra, al fin, nos ha permitido identificar
los responsables de algunos desastres y de confirmar
que los STEs-i molestan porque, en lugar de
acobardarse, han mantenido la dignidad, han hecho
frente a tanta arbitrariedad y confirman su
condición de fuerza ascendente entre el conjunto de
los trabajadores de la enseñanza.
Sansegundo no ha estado a la altura que se esperaba,
no ha sido capaz de aplicar y defender el programa
electoral de su partido, ni ha demostrado más
voluntad negociadora que la de responder con un sí
permamente a las patronales educativas o la
jerarquía católica.
El resultado ya lo conocemos: una ley que supone la
consagración de la subsidiariedad de la escuela
pública y el aumento de privilegios para la privada.
Han pasado sólo unos días desde la aprobación de la
LOE y suenan ya los tambores de nuevas agresiones.
El equilibrio buscado entre ambas redes está roto, y
miremos a Catalunya, parece que ahora incluso se
modifica el lenguaje progre que algunas
organizaciones de izquierdas mantenían para hablar
sin disimulo de eso de que toda escuela es
subvencionable y concertable porque toda escuela
cumple el mismo papel social. O lo que es lo mismo,
todos los derechos, y obligaciones, ya veremos.
Sólo nos queda felicitar a la nueva ministra,
Mercedes Cabrera, de indudable formación académica y
experiencia profesional y parlamentaria, de la cual
hace falta esperar que sea capaz de conseguir que en
los desarrollos de la LOE se concreten medidas que
sirvan para potenciar la enseñanza pública, la cual
escolariza, no lo olvidamos, a casi el 70% de todo
el alumnado. Si avanza por este camino, ya sabe que
puede contar con STEs-i. Dejamos los sectarismos en
el pasado. |