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REDUCIR LA SINIESTRALIDAD, SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO
En la celebración del día Mundial de la Seguridad y Salud Laboral, la
Confederación de STEs-Intersindical quiere de nuevo hacer hincapié
en la inadmisibilidad de las cifras de siniestralidad laboral que año a
año se nos ponen delante. Los más de dos millones de trabajadores/as que
mueren cada año en mundo a causa de los accidentes laborales es una
cifra insoportable. Es el precio que está pagando la sociedad y quienes
estamos en ella por el simple hecho de intentar hacerla mejor
trabajando. Nuestro país casi dobla la cifra de accidentes laborales
respecto a los países de su entorno en la Comunidad Europea, casi un 8%
de los trabajadores/as había sufrido un accidente en España, frente al
4% de los trabajadores de la Europa más desarrollada. Según las
estadísticas del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, entre 2004 y
2005 los accidentes laborales con baja habían aumentado un 3,12% y los
mortales un 1,13%. Además, en el mismo período se produjo un incremento
en la declaración de enfermedades profesionales de hasta un 8,48%. Y estos
son datos reconocidos, porque no hablamos de los efectos sobre el
bienestar y la salud de los trabajadores y trabajadoras de la
siniestralidad silenciosa, los riesgos psicosociales o los efectos de la
violencia en el trabajo, incluida la violencia institucional. En
cualquier caso, las cifras son tozudas, más cuando sabemos que son los
individuos jóvenes los que más riesgo tienen de sufrir un accidente
laboral y los más mayores los más expuestos a los accidentes mortales.
Sin embargo, el factor más determinante para la siniestralidad es, sin
duda, la temporalidad en el empleo, y sabemos que un número importante
de los nuevos contratos siguen siendo temporales. Desde la Confederación de STEs-Intersindical creemos que es necesario reflexionar sobre las causas de la siniestralidad, todas, incluidas las que no se ven o es difícil cuantificar su huella, y poner medios reales y eficaces para minimizarla. Los datos nos dicen año a año que, como mínimo no es suficiente lo que estamos haciendo o, incluso, que no vamos en la dirección acertada. Quizás sea necesario ver el problema más globalmente y cuestionar los modelos económicos, sus criterios de rentabilidad y eficacia, los objetivos últimos que persiguen los actuales sistemas de contratación, la falta de una cultura preventiva integral y compartida y su ausencia en la toma de decisiones de las empresas,… Tenemos que interiorizar que hasta que no compartamos esa preocupación de forma generalizada y actuemos en consecuencia, las cosas no variarán sustancialmente. Educar en la cultura preventiva a la sociedad nos llevará todavía tiempo, nos constará todavía muertes, pero no debemos cejar en ese intento. Desde STEs-i nos preguntábamos el año pasado cuántos 28 de abril tenían que pasar para que Administraciones y Empresas pusieran en marcha de forma efectiva sus mecanismos de prevención e integrasen la prevención en su toma de decisiones y en su proceso productivo, reforzando así las obligaciones que recoge la Ley 31/1995, a fin de reducir la siniestralidad. Los datos en 2006 nos dicen que las cosas siguen parecido. Desde la Confederación de STEs-Intersindical pensamos que concienciarnos para el logro de estos objetivos exige considerar la prevención como vital para el desarrollo del trabajo diario y en cómo se realiza. En fin, “coger el toro por los cuernos” y comprometerse a plantear planes de choque realistas y eficaces para parar la sangría de muertos en nuestro país todos los años y de trabajadores y trabajadoras que enferman sólo por trabajar. Que estos planes de choque aborden medidas específicas para los sectores especialmente castigados y para colectivos de riesgo añadido: mujeres, inmigrantes, jóvenes y discapacitados. Pensar con criterios preventivos para modificar las actuales relaciones de precariedad laboral y de temporalidad que vienen padeciendo millones de trabajadores/as y que oficialmente se encumbran como flexibilidad laboral generadora de “dinamismo económico”. Será necesario, también, cambiar el actual marco de consideración de las enfermedades profesionales e incorporar el concepto de daños a la salud ocasionados por el trabajo, que supere la actual ley de la Seguridad Social. En definitiva, creemos necesario, de una vez por todas, el cumplimiento ajustado de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Exigir, en fin, a la Administración, que no es suficiente lo que se está haciendo, que se tiene que considerar una prioridad la salud laboral si queremos erradicar de nuestras estadísticas esas cifras de muertos y enfermos a causa del trabajo. Desde la Confederación de STEs-Intersindical trabajaremos porque eso sea posible. José María Avilés Martínez |
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Comunicado 2006 Reducir la siniestralidad; Seguridad y Salud en el Trabajo |
Comunicado 2005 |
Comunicado 2004 |