mpecemos por las becas.
Empecemos la construcción en España de eso que hemos
llamado espacio europeo de educación superior
(Bolonia) por las becas, sin duda lo menos europeo
de nuestra enseñanza universitaria. Empecemos
construyendo un sistema de becas amplio, suficiente,
equitativo, bien gestionado, transparente. Como esos
sistemas que admirábamos de los países
socialdemócratas europeos cuando salíamos por ahí a
estudiar.
Porque, la verdad, nos queda un buen trecho por
recorrer. Ocho años de gobierno conservador han
dejado la situación en un estado lamentable. España
gasta en becas y ayudas universitarias un 0,08% del
PIB, muy lejos del 0,85% de Dinamarca; pero lejos
también de Hungría (0,25%) o Turquía (0,15%) y lejos
de la media de la OCDE que es del 0,25%. Sólo un 12%
de los estudiantes universitarios catalanes recibe
algún tipo de beca o ayuda de estudios, en muchos
casos limitada a la exención de la matrícula. La
beca de mayor cuantía es la de residencia, que
supone unos 2.500 euros por curso y es incompatible
con la ayuda de desplazamiento. ¿Alguien de verdad
cree que con 250 euros al mes un estudiante puede
pagar un piso en Barcelona, alimentación y
transporte? Para ayudarles les daré un solo dato: el
transporte, público por supuesto, y con el abono más
económico, del centro de Barcelona a mi universidad,
cuesta unos 600 euros al año. Calculen desde otras
zonas peor comunicadas o más distantes.
¿Saben que la resolución de las becas ordinarias de
residencia se produce en el mes de diciembre -tres
meses después del inicio del curso- y que se cobran
a partir de enero? ¿Qué debe hacer un estudiante que
depende de la beca para subsistir? Y todavía más,
una beca Erasmus, para pasar un semestre en una
universidad de la Unión Europea, es de 110 euros al
mes. ¿Creen ustedes que alguien puede pasar el mes
en Viena o Londres, por ejemplo, con esta cantidad
sin caer en la desnutrición?
No nos engañemos, la ciudadanía es inteligente. Los
ciudadanos saben que se ha progresado muchísimo en
la democratización de los estudios universitarios en
España. Saben que la actual universidad ya no está
reservada a las clases más favorecidas
económicamente, como pasaba hace tan sólo 30 años.
El salto que se dio en los años ochenta y noventa
fue espectacular. Pero temen que la nueva oferta, de
mayor valor y calidad, en la práctica sea sólo para
los económicamente más solventes. De hecho, hay
indicios de que esto puede pasar.
¿Quién se beneficia del actual distrito
universitario único? Aquellos que pueden pagarse
estudiar en otra ciudad. ¿Quiénes se están
beneficiando de un programa tan positivo como es el
Programa Erasmus? Las y los que tienen más apoyo
económico de sus familias y complementan la beca
Erasmus con una beca de sus progenitores. ¿Quién se
beneficiará de los nuevos master, aun cuándo la
matrícula sea a precio público? Los que dispongan de
recursos económicos para prolongar sus años de
estudiante.
¿Quién disfrutará plenamente de este nuevo espacio
europeo de educación superior? Los que tengan
capacidad económica y apoyo para ir a estudiar al
extranjero; los que tengan buenos conocimientos de
lenguas. Y conociendo el nivel de dominio de las
lenguas extranjeras de la población, se entiende que
la ciudadanía piense que serán unos pocos los
afortunados y que no serán precisamente de las
clases más populares. Probablemente nada en la
España actual es más indicador de la extracción
social de un joven que su conocimiento de idiomas.
Todo tendrá más credibilidad y sentido si empezamos
fortaleciendo el sistema de becas. Si se puede decir
con fundamento que en España nadie con capacidad y
dispuesto a estudiar quedará apartado de la Europa
del conocimiento por falta de recursos económicos.
Si existe el convencimiento de que este espacio se
construye para todos, como esperamos de gobiernos
progresistas. Luego ya hablaremos del resto. De la
duración de los grados y de los posgrados, de los
planes de estudio, de la metodología docente, de la
financiación de las universidades. De cuál debe ser
la contribución de los estudiantes con recursos
económicos.
Sería terrible que un proyecto tan valioso y
positivo para los estudiantes como es la creación de
un espacio universitario común en Europa, se
frustrara por una política de becas raquítica,
anacrónica, como la que todavía tenemos. Empecemos
por la becas. Auténtica política social, llena de
valor, cargada de futuro.
http://www.elpais.es/articulo/elpedupor/20060130elpepiedu_6/Tes/educacion/B-Ks |
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