La realidad es muy tozuda y otra vez
nos pone en situación de reflexionar, esta vez, si cabe, todavía de
forma más concienzuda y pesarosa.
Pasados ya unos días de la tragedia
de Burgos, de tan desgraciado accidente laboral, se hace necesario
preguntar cuantos trabajadores deben morir más para que se ponga
remedio y fin a esta sangría.
Es cierto que, en muchas ocasiones,
desde aquí, desde la Confederación de STEs-i, hemos pedido
que se respeten y se guarden unas condiciones de trabajo seguras
para quienes trabajamos. Incluso, hemos dicho y venimos diciendo,
porque en la actualidad estamos en una campaña confederal que incide
en este aspecto, que es inconcebible que el simple hecho y el gran
derecho a trabajar comprometa nuestra salud, haciéndonos enfermar y
nuestra vida, haciéndonos morir, pero, como hemos dicho, la realidad
es muy tozuda: “los fallecidos son…” “los heridos ingresados en
el hospital evolucionan…”, “Las causas del accidente parecen
deberse a…”.
Los titulares de la prensa y las
conversaciones y las manifestaciones de protesta y de apoyo a las
víctimas inciden en lo mismo, ¡basta ya!, ¡hagamos algo para que
esto cese!…¡que se cumpla la ley de prevención!
Una explosión en un vestuario, un
combustible mal almacenado, medidas de protección inexistentes,
climas laborales enrarecidos, locales mal señalizados, salidas de
emergencias obstruidas, planes de prevención inexistentes o
irreales, etc. Queda mucho por hacer, nos queda mucho por exigir.
Desde la Confederación de STEs-i
creemos que es necesario un cambio de actitud respecto a la
concepción que tenemos todos y todas (Trabajadores/as,
Empresarios/as y Administración) de la seguridad y la salud en el
trabajo y de las cosas que hacemos para mejorarlas. Tenemos que
interiorizar que hasta que no compartamos esa preocupación de forma
generalizada y actuemos en consecuencia, las cosas no variarán
sustancialmente. Educar en la cultura preventiva a la sociedad nos
llevará todavía tiempo, nos constará todavía muertes, pero no
debemos cejar en ese intento. Debemos seguir exigiendo el compromiso
de cada dirección de empresa con la seguridad y salud, condicionando
su estructura organizativa a la prevención de riesgos de todos sus
puestos y centros. Debemos exigir la planificación de las medidas
preventivas, velar por que se cumplan los procedimientos de
ejecución y la auditoría y evaluación del sistema. Tenemos que
implicarnos todos los trabajadores y trabajadoras, en la
participación en los Comités de Seguridad y Salud y en la denuncia
de situaciones de riesgo; concienciarnos en el logro de esa nueva
actitud que suponga considerar la prevención como vital para el
desarrollo de nuestro trabajo diario y en cómo lo acometemos.
Exigir, en fin, a la Administración, que no es suficiente lo que se
está haciendo, que se tiene que considerar una prioridad la salud
laboral si queremos erradicar de nuestras estadísticas esas cifras
de muertos a causa del trabajo; exigirle que se cumpla la Ley de
Prevención de Riesgos Laborales.
Más allá de las declaraciones, más
allá de los comunicados, desde la Confederación de STEs-i nos
queremos solidarizar con quienes enferman por realizar su trabajo o
incluso mueren por hacerlo, con sus familiares y compañeros/as.
Reclamamos un momento de reflexión para que esto no siga pasando y
para recordar que nos pagan por nuestro trabajo, no por nuestra
salud ni por nuestra vida.
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