Durante
todo el año, los colectivos feministas denunciamos los asesinatos
continuos de mujeres y la violencia cotidiana que padecemos. Pero es
alrededor del 25 de Noviembre cuando los medios de comunicación se
hacen más eco de esta situación, y la clase política se deshace en
promesas. La violencia que padecemos las mujeres, sólo se visibiliza
en los medios de comunicación a través de las casi cien muertes que
se producen cada año en el estado español. Sin embargo, la violencia
contra las mujeres se articula en el complejo entramado que forman
el lenguaje, la medicina, el saber, la educación, el empleo, la
política, el imaginario colectivo… y se ejerce a través de
cualquier acto de control, dominio, explotación, negación… de las
mujeres y sus derechos. Mucha gente se siente ajena a este gravísimo
problema social porque no perciben como violencia socializar de
manera diferente a chicas y chicos, explotar a la compañera en el
hogar, usurpar la representación política y social en organizaciones
no paritarias, ofrecer en los medios de comunicación una imagen
ridiculizada y estereotipada, la precariedad laboral, etc.
La violencia contra las mujeres no es cosa de los noventa o cien
hombres que cada año asesinan a su compañera, vecina,
ex-compañera…, la violencia es cosa de todos y de todas, cuando
consentimos, toleramos, miramos hacia otro lado, silenciamos…
cualquier situación o acto violento, por pequeño que sea.
Recientemente se ha aprobado la Ley Orgánica de medidas de
protección integral contra la violencia de género, una Ley necesaria
pero no suficiente. Es especialmente grave la ausencia del Fondo de
Garantía de Pago de Pensiones Impagadas, que el PSOE había incluido
en su programa electoral y en el Proyecto de Ley que presentó al
parlamento, cuando gobernaba el PP. La Ley también debería
garantizar los derechos previstos en la misma. a todas las mujeres
víctimas de violencia de género, con independencia de su situación
administrativa en el Estado Español.
La Organización de Mujeres de la Confederación de STEs-i
consideramos que la violencia contra las mujeres, precisamente
porque se ejerce desde numerosos ámbitos, requiere múltiples medidas
encaminadas a su prevención y erradicación. El asesinato y la
violencia cotidianas son síntomas de una sociedad patriarcal. Muchas
personas y agentes sociales estamos comprometidos en la
transformación de la misma por una sociedad en la que el valor de la
vida, la solidaridad, la cooperación, el respeto, etc., formen parte
de nuestra convivencia y de nuestra relación con la naturaleza. Los
poderes públicos, que disponen de suficientes recursos si tuvieran
la voluntad política, diluyen sus compromisos tras las victorias
electorales. Eso ha ocurrido con la Ley Integral, cuya filosofía se
ha desvirtuado al incluir, además de a las mujeres, a otros
colectivos vulnerables como ancianos y niños. La reforma de la LOCE
-la ley educativa del PP tan rechazada socialmente-, la está
convirtiendo el PSOE en un debate “para todos y entre todos”. Una
agresión más. Para prevenir y erradicar la violencia contra las
mujeres, un problema con tan amplias y hondas raíces, hay que
creérselo profundamente, hay que creérselo de verdad, y demostrarlo
con leyes, pero también con dotaciones presupuestarias, y políticas
coherentes.
Organización de Mujeres de STEs-i
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