
Shirin Ebadi recibe en Oslo, el premio Nobel
de manos del director del comité noruego |
Sin velo o hiyab,
como había anunciado, la abogada iraní Shirin Ebadi
recibió este miércoles el galardón que la acredita como
premio Nobel de la Paz 2003. En su discurso hizo una
defensa apasionada de los derechos humanos, en el 55
aniversario de la firma de la Declaración Universal, y
criticó con igual firmeza a los gobiernos de todo signo,
occidentales, árabes, democráticos o no, que vulneran su
ejercicio con pretextos como la seguridad o la lucha
contra el terrorismo.
Ebadi, la primera mujer
musulmana que recibe el Nobel de la Paz en reconocimiento
a su combate en favor de los Derechos Humanos, de las
mujeres y de los niños, se presentó en la ceremonia,
celebrada en Oslo, vestida con un traje color champán de
corte occidental.
La defensora de los Derechos
Humanos recogió el galardón de manos del presidente del
Comité Nobel, Ole Mjoes, en un acto marcado por la
ausencia del Rey Harald de Noruega, que fue operado de un
cáncer el lunes, aunque sí estuvieron presentes el
príncipe heredero Haakon y la Reina Sonia.
«El deseo del Comité Nobel
noruego es subrayar la importancia que tiene alentar el
diálogo entre los pueblos y las civilizaciones», destacó
Mjoes en su discurso.
Con el galardón en las
manos, Ebadi denunció que los derechos humanos «son
violados no sólo por quienes se oponen a ellos
abiertamente, sino también por las democracias
occidentales». Sin citar explícitamente al Gobierno de
George W. Bush, Ebadi mencionó a los cientos de
prisioneros detenidos en la base de Guantánamo «sin la
protección prevista por las convenciones internacionales
de Ginebra, por la Declaración Universal de Derechos
Humanos y por los textos de la ONU sobre derechos civiles
y políticos».
En su intervención condenó
además el doble rasero de la comunidad internacional:
«¿Por qué durante 35 años no se han aplicado rápidamente
decenas de resoluciones de la ONU relativas a la ocupación
de territorios palestinos por el Estado israelí?», se
preguntó.
Mientras -recordó-, en los
últimos 12 años, el Estado y la población iraquí han sido
sujetos «de un ataque, un asalto militar, de sanciones
económicas y, para finalizar, una ocupación militar, la
primera vez tras la recomendación del Consejo de Seguridad
y la segunda a pesar de la oposición del Consejo», expuso.
Antes de la ceremonia, Ebadi
reiteró sus críticas a la administración Bush por su
política de ataques preventivos en la guerra contra el
terrorismo. La abogada iraní, de 56 años, fue galardonada
por el Comité Nobel por sus esfuerzos en favor de la
democracia y los Derechos Humanos en Irán. El Premio Nobel
consiste en un diploma, una medalla de oro y un cheque de
10 millones de coronas suecas (1,115 millones de euros).
Ataques por no llevar
velo
Ebadi fue objeto de ataques
por parte de sus compatriotas de línea radical cuando
supieron que no portaría un velo al recibir el galardón.
La ley obliga a todas las mujeres iraníes, tanto dentro
como fuera del país, a cubrir su cabeza con un pañuelo, el
hiyab.
A pesar de las amenazas,
Ebadi sostiene que el Islam y el respeto a los derechos de
la mujer son compatibles, y agregó que la discriminación
de los musulmanes es resultado de «una cultura patriarcal»
secular y no de la religión.
«La condición de
discriminación de las mujeres en los países musulmanes
atañe a los derechos civiles y al ámbito de la justicia
social, política y cultural, y tiene sus raíces en la
cultura patriarcal y esencialmente masculina de estos
países, no del Islam», explicó, ante la presencia el
embajador iraní en Noruega. |