He de confesar que
mis ideales sociales, democráticos y humanistas sufren a veces un
serio impacto, una sacudida "asesina" en su base. Pensamientos y
sentimientos como los masónicos y libertarios "libertad,
fraternidad, legalidad" que tango tan arraigados, ante ciertas
injusticias, se desmoronan.
En ocasiones me
avergüenzo de vivir en este planeta, de pertenecer al género
"humano" cuando veo las aberraciones que mis congéneres de todas
razas en pleno siglo XXI y preludio de la Era de Acuario siguen
ejecutando con propios y ajenos.
Ejemplos cabrían
muchos, pero en concreto me voy a referir a las constantes
violaciones de los Derechos Humanos en países como Nigeria (en otros
artículos cité a las naciones occidentales civilizadas, que también
cometen injusticias). Es aberrante y humillante como se hace más
caso en este país africano a la "sharia" o precepto de la ley
coránica o islámica oficial que a las leyes y tribunales civiles. Es
insultante y clama al cielo comprobar como allí de todos los
ciudadanos, las mujeres llevan la peor parte.
Unas segundas
nupcias tras divorcio o viudez y un hijo durante este periodo, son
considerados "pecaminosos" por los hombres "jueces" del tribunal
local religioso que aplican la pena capital. Si toda muerte como
castigo penal es cuanto menos criticable y deplorable, la que
consiste en ser enterrada hasta el cuello y machacar la cabeza a
pedradas los convecinos de la victíma, es hartamente inhumana per
se, per natura y para más inri al ser una mujer siempre y no un
hombre quien recibe tal castigo.
Primero fue Safiya,
que costó miles de firmas en la campaña de Amnistía Internacional,
presión mundial de mandatarios y gobiernos, etc. Gracias a esa
fuerza que se hizo logró salvarse. Además de ser inocente de los
cargos, aprovecharse de su incultura para no garantizar una buena
defensa y un limpio proceso; Safiya fue la recompensa a la defensa
de los Derechos Humanos enarbolados por ONGs y personas de todo el
mundo en campañas públicas e internet . Pero, no cantemos victoria.
Cuando parecía que
jamás se repetiría la historia, otra mujer nigeriana, Amina Lawal,
está acusada falsamente con cargos similares y ya ha sido condenada
por el Alto Tribunal de Nigeria, algo que en Safiya no llegó a
suceder. Este segundo caso, en su campaña mundial tiene menos apoyos
que el primero, no sabemos por qué. ¿Hemos bajado la guardia?
¿Desconfianza? No lo se. Pero estoy seguro de que si en estos días
últimos no se redoblan los esfuerzos internacionales de gobiernos,
tribunales, ONGs, personalidades, etc.
Amina Lawal no se
salvará y morirá como "mártir" de forma brutal y salvaje, lo que no
se merece a todas luces. Se han mandado desde la web de Amnistía
Internacional firmas y cartas de protesta que a estas fechas y
comparando no igualan al menos a las recogidas por Safiya. Hemos de
hacer un último esfuerzo aquellos y aquellas que seamos humanistas y
demócratas. Quienes pensamos que es posible mejorar el mundo y
nuestro grano de arena puede cambiar acontecimientos.
De lo contrario
habremos fracasado y muchos nos sentiremos "culpables" o "cómplices"
de tal asesinato. Ojalá en esta segunda ocasión podamos acabar por y
para siempre con estas injustas e inhumanas condenas. Ojalá los
defensores de los Derechos Humanos no escribamos nunca más de estas
injusticias. Aunque no estoy muy seguro de ello… pues no en vano,
hubieron antes muchas Safiya y Amina…de seguir así, ¿quién será la
próxima? Solo de pensarlo siento escalofríos…
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